Igual que Santo Tomás de Aquino, oramos para tener siempre conciencia de nuestra fragilidad e incapacidad. Nuestro corazón se arrodilla ante Cristo y decimos con humildad "Señor mío y Dios mío". Como el ciego de Jericó decimos: "Ten misericordia de mi, pecador". No deseamos construir Torres de Babel para llegar a Dios con fuerzas y empeños humanos. La unidad se hace realidad desde la humildad de quienes comparten los carismas que Dios les ha dado y los ponen a trabajar para evangelizar una sociedad vacía y sin sentido.
No buscamos personas que se unan a nosotros, pero es bienvenido todo el que desee ser una humilde herramienta en manos de Dios. No dude en contactar con nosotros si quiere participar. No le exigiremos nada que no quiera dar usted mismo. No exigimos filiación eterna y obediencia a un líder. El único y verdadero líder es Cristo.
Tal vez usted quisiera ayudarnos a que Cristo esté presente en las redes, siempre en unidad eclesial y con le máximo respeto a la la Tradición Apostólica y a las estructuras eclesiales que en cada momento tenemos. ¿Le interesa? Coméntenos lo que estime en nuestro formulario de contacto. Le contestaremos lo antes posible.
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